El nuevo diálogo del marketing empresarial

Seguimos hablando de la participación de los ciudadanos en el periodismo, es decir, hablamos de la socialización de la información. Las noticias ya están al alcance de ser difundidas por toda la población. Cualquier persona puede ejercer la labor de informador. Y es que, ya no hay interferencias, no hay mediadores entre las noticias y la sociedad puesto que, es esta misma la que informa sobre hechos de su día a día, sucesos de su vida cotidiana que todos quieren conocer.


El ciudadano de hoy en día desempeña el rol de recopilación y difusión de la información con el objetivo de recuperar la precisión que la población reclama. Esto es lo que llamamos Periodismo Participativo.

Todo este crecimiento ciudadano tiene mucho que ver con el surgimiento y evolución de los weblogs, con la implicación de los mismos en la comunicación y la formación de las comunidades online, es decir, una evolución de las herramientas digitales.

Pero, ¿cómo entran en juego aquí las empresas y compañías?

El Cluetrain ó Manifiesto del Tren de las Claves, libro escrito por Rick Levine y otros autores, reivindica una nueva forma de relacionarse entre la empresa y sus diferentes públicos objetivo en la Red, y lo hace reclamando el uso de una voz ciudadana y otras características en las comunicaciones. Este manifiesto se resume en 95 frases que establecen los principios que defienden autores como Searls, Locke y Weinberger en dicha reivindicación.

En este manifiesto se habla de periodismo participativo, es decir, se introduce al ciudadano como principal informador y protagonista de la información ya que defiende que se trata de una conversación, un diálogo en el que participan todos los componentes de la sociedad en la que vivimos, todos y cada uno de los seres humanos. Existe una gran pluralidad de voces. Pero estos autores defienden esto desde el punto de vista empresarial y del marketing.

Estas conversaciones en la red hacen posible el intercambio de conocimientos y por lo tanto, que las personas cambien su forma de pensar y se solidaricen si es necesario. Pero en el manifiesto se habla de una conversación entre compañía y ciudadano, una forma de llegar a la población para un mejor posicionamiento en el mercado .

Se defiende una información sin límites y sin ocultamiento de nada, es decir, que cualquier suceso, hecho o noticia llegue a todo el mundo, todo, claro está, desde el punto de vista del marketing.

Este manifiesto supone una nueva concepción de la comunicación entre los seres humanos en el campo del marketing, entre los periodistas del día a día que se dan cita en la Red.

Hablamos de un manifiesto en el que se da a conocer cómo estos autores creen que una compañía debe posicionarse en el mercado, por lo tanto, ya no hablamos de comunicación social y de periodismo de todos, sino de economía individual empresarial. Se habla de los valores que deben tener, de la humildad, honestidad y punto de vista sincero.

Reluce el tema del diálogo haciendo alusión al mercado, “el mercado es la comunidad de diálogo”. Y es que, como dicen en el punto 52 del manifiesto, la falta de una conversación abierta mata a las empresas, que a su vez tienen dos tipos de diálogo, uno dentro de los trabajadores de la misma empresa y otro con el mercado.

Nosotros, los ciudadanos, queremos hablar con las empresas, queremos “manipular” un poco el mercado, queremos que nuestras opiniones y demandas sean escuchadas por alguien que pueda satisfacer lo que queremos, o por lo menos, intentarlo. Que lo que la población quiere no se quede en el olvido.

Pero, ¿dónde acaba la escucha y comienza en manejo de la sociedad por parte de la empresa? El problema viene cuando la empresa no satisface, cuando lo que hace es manipular a la población y llevarla a un extremo consumista.

“Estamos despertando y conectándonos. Estamos observando. Pero no estamos esperando”. Este es el último punto del manifiesto. Las empresas están siendo partícipes de la conversación y necesidades de los ciudadanos, nos observan y estudian, pero no nos esperan, y quizá este sea el problema, pero mientras su economía vaya bien, ¿qué más da lo demás?